Nací en Tandil, dentro de las sierras. De muy chica vinimos a vivir a Mar del Plata, mi mamá, mis hermanos y yo, muy cerca de la playa. Algunos días podíamos escuchar el ruido del mar.
La escuela nos quedaba lejos, pero era divertido ir saltando y jugando con mis hermanos. Me gustaba leer y preguntaba cosas difíciles de contestar.
Estudié
el secundario libre mientras criaba a mis hijos. Soñaba poder estudiar Derecho.
Empecé la carrera, pero por circunstancias de la vida debí abandonar.
En la
actualidad estoy haciendo un taller que se llama Viejos son los trapos,
pero si le damos vuelta al nombre ¿los trapos son viejos? Me pregunto a veces
si éste es el destino: cuidar a los hermanos, cuidar a los hijos, cuidar a mi
mamá, a mi suegra y hoy a mi nieta que perdió a su mamá. No sé si es el destino
porque no sé si hay destino o es el camino transitado en este mundo y tal vez
elegido.
Hoy estoy
cumpliendo parte de aquel sueño de estudiar. El futuro es éste: hacer lo que un
día soñé.
Cuántos años han pasado
¡Cuántos años han pasado! ¿Te acordás de mí?
Soy tu fiel compañero de tapa de hierro y cerrojo en mano. Cuando abrís mi
tapa, aparece la alegría, los sentimientos, cuentos y secretos. Acariciás mis
hojas con tus recuerdos, con líneas marcadas hasta el infinto, con rayas, con
gomas y colores que hacen de mí un arco iris.
Me
llevás de viaje, me tirás en lo oscuro de un bolso vacío donde hay olor a
cremas y perfumes que manchan mi cuerpo. Estoy en tu vida con incertidumbre,
para ver tu camino, para consolarte las penas, las risas, para conocerte.
Trabajamos mucho, hicimos un equipo donde vos plasmaste todo el sentimiento y
yo te recuerdo horas del pasado. Anoto tu risa, tu amor escondido; soy como una
caja que abre las hojas y doy fantasía. Llevo cosas que nadie conoce: recetas,
poemas, dibujos y sombras, vivencias, historietas que vos inventaste. Un día partieron, quién sabe hacia dónde, se
fueron borrando mientras pasó el tiempo. Las hojas quedaron sin color ni tinta,
las letras quedaron sin luz propia.
Te
ofrezco mi cuerpo, blanco como el día para que lo llenes de lindos recuerdos,
de distintas letras que tienen tus frases guardadas.
Te
digo un secreto, más bien un pedido: no borres ni taches lo escrito, no arranques
mis hojas porque me desnudas. No arrastres tus penas en mis hojas marcadas porque
cada raya lastima mi cuerpo que un día se abrió para tus secretos.
Cerráme
la tapa, me voy a dormir.

Me encantó!!
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